¿Qué viene después de la sangre?

 La semana pasada tocamos un tema bastante delicado, e inclusive muy impactante y hasta tabú para muchas personas, el tema de la autoflagelación.

Les mostré imágenes muy fuertes en un gradiente de como flagelo mis brazos, y hasta el punto en le que he llegado.

Se que fue un contenido muy difícil, no solo para ustedes como lectores si no, mas para mi, que soy la que redacta esto, y lo cuenta en carne propia.

Básicamente les conté el momento de la flagelación pero nunca les conté lo que pasa

 después de esa flagelación.

Al principio como eran heridas muy superficiales, simplemente ya después me ponía a hacer otra cosa y ya.

Ya cuando las heridas empezaron a avanzar empecé a pensar que debería ser bueno desinfectar el implemento con el que me cortaba, y ya después  ver las coartadas que diay pues eran profundas, me las dejaba así, y esperaba a que Mario llegar y le decía que curara las heridas, por que me asustaba ver tanta sangre.

Entonces Mario venia y me vendaba, y al día siguiente era todo el mundo disque disimuladamente viéndome los brazos con toda la prudencia del mundo que se notaba a miles de kilómetros

 de distancia.

Luego creo que poco a poco llegue a  hacerme amiga de la sangre, o bueno, digamos, compas como por beneficio.

Entonces llegue al punto que no se si era bueno o malo en el cual ya yo curaba mis propias heridas,

Entonces sabia que tenia que tenia que mantener la gaveta de la asepsia.

Empecé a comprar mucho algodón, curitas, espadrapo, alcohol, agua oxigenada y yodo, para tener a mano cosas que podrían ayudarme a evitar ir a un hospital y hasta evitar una infección.

Y también evitaba que Mario viera como me había despichado el brazo, porque cuando ya me veía ya me lo había curado y lo tenia vendado y así no podía ver el nivel de daño que me había causado, pero no crean sigo siendo una  marica, porque hasta la fecha hay momentos tan grandes de vulnerabilidad, en los que aun le sigo pidiendo que me cure, porque me siento tan basura y tan poca cosa,. que ni eso puedo hacer.

Lo mas duro creo que era al menos en mi trabajo cuando por mas que quisieran disimular no podía y siempre me veían los brazos.

Yo realmente nunca sentí culpa ,pero si me daba no se si era vergüenza o preocupación pensar en como me iba a ver la gente al día siguiente,

Entonces resumiendo, creo que después de la sangre seguía mas sangre, mas intentos de sanar el dolor.

Y hasta la fecha eso ha seguido después de la sangre, tener un botiquín de emergencia, para cualquier percance, soy consciente que se que sigue siendo un mal acto, y la peor forma de desahogo.

Pero si me ayuda, y llevo terapia para ello y lo saben, y le he entregado mi vida y mis planes a Dios, y solo el sabrá, la forma en la que los va a manejar.

Solo les quería contar lo que sigue después de la sangre, mas sangre, porque esto es una adicción, como a una droga, que no la vas a dejar de la noche a la mañana, por mas que estés en tratamiento.